miércoles, 10 de diciembre de 2014

Noche estrellada

Padecimiento en una noche estrellada,
en la alta y azabache cumbre de soledad
deslucida, tornándose con demacrada
pesadumbre bajo los astros de gran edad.

Y una paleta de blanco y azul y amarillo
agitados, revueltos, bienvenidos y reunidos
como hilos desiguales en un mismo ovillo
que ansían libertad más se encuentran unidos.

Luna ambarina disuelta como espuma
unida en un mar de misterioso cobalto
con puntos de áureos romanos y blancos
y un viento gris que se retuerce, ya falto
del recuerdo de un pintor que ya exhuma.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Versos que se clavan como astilla

Versos que se clavan como astilla
hundida en la garra fiera del león,
con estima me alzaría hacia Plutón
pidiendo plantar versos cual semilla.

Entonces él, desde su reino sepultado
podría extirpar de mi la melancolía,
el dañado velo, la soledad, la monotonía,
convertirlos e instruirlos, como soldado.

Perversa yo, de desatinarme del desatino
de querer cercenar de mi alma la poesía,
embriagándome de júbilo sin temer a caer,

más no puedo, pues escrito está en mi destino
que deseo y ardo de formar nueva armonía
que sólo a mi yo más frágil pueda complacer.

Pinturas

Suaves cortinas cerradas, con míseros
rayos de luz surcando la deshecha cama
y en mesas vacías con leves suspiros
se adornan las pinturas, desparramadas.

Suave y tenue silencio, surcando
el navío de la soledad muda,
pinceles danzando con disimulo
y un artista que sin voz, pide ayuda.

Latidos condescendientes
junto a obras inacabadas,
consentidas y malpensadas,
arrinconadas y ausentes.

Vasos cristalizados de ideas,
ideas cristalizadas en vasos,
con estelas moteadas
por pinceles solteros
y esbozos y obras
perfiladas por Eros.

Pinturas que hacen eco
y dejan huella,
y huellas que hacen
de su eco pinturas

y la música de un día
tornándose noche
y la melancolía
de pintar sólo
de un carboncillo
azabache.