martes, 22 de julio de 2014

Utópica libertad mía

None are more hopelessly
enslaved than those who
falsely believe they are
free.


Utópica libertad mía, verdugo
de una ponzoñosa
patria querida,  mula
deseosa
de librarse de su yugo.

Utópica libertad mía, pájaro
rebelde ya encerrado
que aún pía desde su jaula
esperanzado, ensoñecido
por su libertad fantasma,
donde su sino es un disparo.

Utópica libertad mía, señora
de falsa imagen,
joven y vieja al mismo tiempo,
haz que bajen
las paredes invisibles,
intangibles,
            impalpables,
                          etéreas,
férreas y altas en mi mente,
y me amparen en mi viaje
hacia mi libertad propia
hasta la muerte.

viernes, 18 de julio de 2014


Soy algo así como el 29 de febrero.
A veces vivo, y otras veces...
Me declaro inexistente.

miércoles, 9 de julio de 2014

Se murió el escritor


Se murió el escritor
al quedarse sin ideas.
se murió al dejarse
 feas
palabras
y ni un sólo
axioma.

Se olvidaron emociones,
se suicidaron letras,
se mataron palabras,
se sentenciaron
oraciones.

Y al morir el escritor,
resurgieron sus mareas
de pensamientos
amados, -mientras
la muerte le coge
de la mano-,
derramando un mar
de tinta negra.
Dejando sus tristes
memorias
como huellas
de su pasado.

Se murió el escritor,
pero no sus historias.

Te miré

Tú me miraste, yo
te miré.
Nos miramos.
-sólo un segundo-
Y en un instante,
nos quisimos
-sólo una vida-.

jueves, 3 de julio de 2014

Artista de tu piel

Para un poeta que ama el arte,
con mis manos me gustaría pincelarte,
en el lienzo blanco,
                             terso,
                                  sedoso,
                                    endeble
                                           de tu espalda,
         donde el silencio mudo nos respalda.

Vive la révolution

Here they talked of revolution.
Here it was they lit the flame.
Here they sang about tomorrow,
and tomorrrow never came.
(Les Miserables)

Entre las calles pobres,
tranquilas  y sombrías,
como el azul sedante
de una noche fresca
y parisina,
se asoma el misterioso
sino,
 lóbrego e índigo
de incerteza
clandestina.

Entre las calles sucias,
miserables y mohínas,
como la cándida luna
refugiando a los parias
de su impía soledad
nocturna,
se halla una rosa blanca,
mustia y fría,
ya marchita,
condenada al olvido
sin esperanza
alguna.

Entre las calles tristes,
lúgubres y mudas,
como los astros acariciando
el río Sena cada ocaso
mortecino,
se extiende de negro carmesí
una ingrata riada,
de inocentes almas perdidas
por un reino
mezquino.

miércoles, 2 de julio de 2014

Recuérdame


No solloces delante de una
lápida fría,
postrado mi nombre, solitario,
como un lírico sin poesía.

No gastes más tus amargas
lágrimas de sal,
terminadas en tus labios, rojizos,
bajo este manto invernal.

No lamentes mi pérdida,
tan insustancial,
mientras el viento tiembla, frío,
en este irremediable final.

No supliques mi regreso,
tan utópico,
tan quimérico; tan irrealizable,
bajo este sino tan caótico.

No susurres mi nombre entre tu
llanto vacío.
Porque no estoy muerto.
Porque nunca me he ido.

No me recuerdes como ahora:
ojos sin vida,
piel de mármol, labios cárdenos,
sin corazón, sin sangre latida.

Recuerda mi mirada, mi rostro
y mi oficio,
mi andar, mis anhelos, mis victorias
y estropicios.

Recuerda fielmente la curvatura
de mi sonrisa,
la viveza y tonalidad de mis claros ojos,
y mi azabache pelo revuelto por la brisa.

Recuerda mi fiereza, mi pasión
desmesurada,
mis temores más profundos,
mis sueños, y mi suerte desdichada.

Fresco y vivo como una flor fría
bajo el rocío...
En su plena juventud, florecida
e inocente, con lozanía y poderío.

Porque si tú me arrinconas en el
lugar vacío,
la parte olvidada, lejana de tu corazón,
entonces sabré que he muerto. Entonces...
Ya habré partido.

Pero si en tus memorias me guardas, y
en el olvido
no acercas tus recuerdos...
Entonces nunca habré muerto,
porque de tu corazón
siempre habré sido.

Porque no estoy muerto.
Porque nunca me he ido.